En una típica finca mallorquina con encanto en el sur de la Isla de Mallorca, el novio esperó la llegada de la novia para celebrar una ceremonia muy especial entre familia y amigos.
La bonita voz del novio selló una emotiva ceremonia con una preciosa canción al gran amor de su vida.
Una deliciosa cena bajo un cielo estrellado dio el toque sabroso y sofisticado a una boda con mucho estilo. Una noche de risas y bailes marcó la divertida fiesta de un amor que es para siempre.
Muchas gracias Sheila y Juan por dejarnos formar parte de vuestra romántica boda y cuidaros durante todo el proceso de la organización. ¡Os deseamos lo mejor!